Hoy
casi lloro,
pero los hombres no deben
llorar,
me reprimí justo a tiempo
pensando en todo el mal que me
causó
y no encontré grietas;
leí otra vez sus últimas
palabras,
regresé a mi infierno,
el de todos los días,
como lo enfrento no es su
problema,
por respeto a la dignidad no
lo tiene que saber,
el dolor que no me iba a
pasar,
las preguntas del después.
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